Aunque con variaciones y matices, el diseño de auriculares se resume en cuatro tipos y cada uno de ellos es más o menos indicado para ciertos escenarios de uso. Aunque para gustos, los colores.
Auriculares Circumaurales
Los Over-ear o circumaurales son los auriculares más grandes. Cubren completamente la oreja rodeándola con las almohadillas. Son los más grandes y pesados, y suelen resultar muy cómodos, especialmente si vamos a llevarlos horas. En general este diseño es habitual entre los auriculares inalámbricos con mayor calidad de sonido (entre otras cosas admiten integrar drivers más grandes)
Los circumaurales se dividen a su vez en de tipo abierto o cerrado. Los primeros se comunican con el exterior, evitando las resonancias, lo que se traduce en un sonido más limpio, claro y nítido en frecuencias medias-agudas y graves más controlados, aunque menos profundos que en los cerrados. Los segundos aíslan mejor del ruido ambiental y recuperan más información musical gracias a la habilidad con la que la protegen del ruido, evitando que una parte del contenido musical quede enmascarado.
Auriculares Supraaurales
Los supraaurales u on ear son más compactos y ligeros que los circumaurales, apoyándose sobre el pabellón auditivo en lugar de envolverlo. El resultado es que su aislamiento del entorno es menor y disponen menos espacio para albergar drivers mayores. Son modelos recomendables para usar en movilidad y además suelen ser plegables.
Auriculares in Ear o Intrauriculares
Los in ear o intraurales se insertan en el canal auditivo, algo que posibilita un mejor aislamiento del sonido exterior. Son modelos que por su extrema ligereza y colocación resultan indicados para usar en exteriores o para hacer deporte. Este formato es muy abundante entre los TWS o true wireless stereo
Los modelos de botón no entran en el conducto auditivo, sino que se quedan en el exterior, valiéndose en algunos casos de patillas o de una cuerda entre ellos para mantenerse. Debido a que en general su sujeción es inferior a los anteriores, aíslan peor del entorno. Es el caso de los auriculares con cable que suelen (solían) suministrar con el teléfono. Este formato es habitual entre los auriculares inalámbricos más económicos.
Mini-supra
Se pueden encontrar tanto con estructura de diadema al igual que los tipos de auriculares supraaurales y circumaurales, o bien con un enganche para colocar tras la oreja (ver imagen), e incluso con formas para colocar tras el cuello.
Su sonido se ve comprometido por el tamaño de sus drivers de una forma bastante más destacada que en el caso de los supraaurales corrientes, proporcionando una calidad inferior al de los otros dos tipos que hemos visto, pero es su reducido tamaño el motivo por el que son muy utilizados para uso portátil e incluso para practicar deporte.
Precisamente ahí se encuentra su principal ventaja, el que a penas ocupan espacio y por lo tanto es fácil guardarlos en una pequeña bolsa o mochila, e incluso un bolsillo, lo que unido a su poco peso y a las unidades que incluyen enganches especiales, los hacen unos compañeros ideales para ser utilizados en movimiento o en momentos de actividad, como al salir a correr o mientras se practican actividades deportivas variadas.
No es que su sonido sea malo per se, de hecho el modelo que ejemplifica en la imagen esta categoría tiene una capacidad sónica que para muchos puede ser lo máximo que van a necesitar toda su vida, pero en comparación a los otros tipos de auriculares vistos, la desventaja en este aspecto es evidente.
¿Cuánta calidad de sonido necesitas?
Lo que determina la calidad de sonido de unos auriculares inalámbricos es la calidad de los transductores, del amplificador interno, del DAC y su conectividad. Como algunos de estos datos no son habituales en las fichas técnicas, existen otros parámetros que nos pueden ayudar a valorar la calidad del sonido.
Grosso modo, los drivers son los altavoces de cada auricular y su calidad depende de su diseño y construcción. Como anticipábamos en el punto anterior, los cascos más grandes tienen espacio para albergar un driver mayor, lo que se traduce en sonido más rico y con más matices. Como regla general, los auriculares con drivers de más de 40 mm suelen ofrecer buena calidad de sonido.
La conectividad inalámbrica que encontramos en los auriculares sin cables son radiofrecuencia, NFC y el más habitual de todos: Bluetooth. Debemos intentar que la versión del Bluetooth sea la más reciente posible porque ganaremos un mayor alcance y estabilidad en la conexión, así como una mayor velocidad de enlace con el móvil o dispositivo con el que los queramos emparejar y más eficiencia energética. Más que apostar por un modelo con Bluetooth 5.0, siempre que sea posible, es mejor buscar estándares más recientes, destacando la versión 5.2 o la 5.3, la última.
Al margen de versiones, si buscas calidad, fíjate en los códecs de sonido. Éstos son esencialmente los algoritmos de codificación utilizados para transmitir el audio de forma inalámbrica a través de la conexión Bluetooth. Cada uno tiene su función en un dispositivo de sonido, porque unos están pensados para la transmisión del audio al usar el manos libres, otros para la transmisión de archivos de audio y otros para controlar el volumen o la música. Es recomendable que sea compatible con el códec aptX (96KHz y 24 bits). No obstante, el códec SBC es suficiente para música en streaming (bitrate de 320 kbps en estéreo).
Los auriculares inalámbricos cuentan con su propio DAC, encargado de pasar la señal de lo digital a lo analógico, y su rendimiento tiene una gran incidencia en la calidad del sonido. En la práctica lo evaluaremos con la distorsión armónica total y la relación señal/ruido. La primera ha de ser la más baja posible y en los modelos más ambiciosos la segunda supera los 130 dB en estéreo. No es un dato que suelan dar los fabricantes pero si es así, buena señal.
Es deseable que los auriculares ofrezcan un rango de frecuencias que cubra el espectro capaz de oír por el oído humano: aproximadamente desde los 20 Hz hasta los 20.000 Hz. Y si lo superan, pues mejor: los graves y los agudos se sentirán mucho más nítidos
Un par de funciones extra con la que no cuentan todos los auriculares, dependiendo sobre todo del precio de éstos, son el control táctil y el control por voz. Gracias a ellas, el control de la reproducción de nuestra música o de nuestras llamadas puede ser más o menos independiente del móvil o la tablet con los que tengamos vinculados los audífonos. Incluso hay modelos más ambiciosos que vienen con soporte para controlar la reproducción a través de los asistentes de voz.
En lo que respecta a la sensibilidad, que se mide por decibelios de presión sonora por miliwatio, se relaciona con la capacidad de los auriculares de convertir una señal eléctrica en acústica. Normalmente, estos dispositivos se mueven entre los 80 y los 125 dB.
Ahora bien, en el momento de elegir qué sensibilidad es mejor, toca tener en cuenta el dispositivo con el que vamos a emparejar los auriculares. Si se trata de un teléfono móvil, cuya salida de sonido suele ser baja, es recomendable usar unos auriculares con una sensibilidad mínima de 90 dB, aunque si esta cifra es más alta, mejor que mejor.
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